La homeopatía es un sistema de medicina que trata a los individuos con sustancias altamente diluidas. Sustancias que se dan en forma de pastilla. Se cree que esto activa el sistema natural de curación del organismo. Basándose en los síntomas de una persona, un homeópata buscará la medicina más apropiada para el paciente. La homeopatía se basa en dos hipótesis principales. La primera es la ley de los similares. La idea de que las enfermedades pueden curarse con pequeñas dosis de sustancias que causen esos mismos síntomas.
Por ejemplo, dado que el arsénico causa sensación de ahogo entonces pequeñas dosis de arsénico curarán enfermedades que también causan sensación de ahogo, como el asma. La segunda idea es que, cuanto más pequeña es la dosis, más fuerte es la cura. El ingrediente activo, pongamos arsénico en este caso, se diluye repetidamente. Este proceso de dilución continua hasta que es altamente improbable que en la mezcla quede una sola molécula del ingrediente activo.
Sin embargo, según la teoría homeopática, el remedio diluido no necesita restos del ingrediente activo para funcionar, porque la sustancia queda grabada en la estructura del agua. Cada vez que el ingrediente es diluido, se agita vigorosamente, proceso que fuerza al agua a “recordar” el ingrediente que va desapareciendo gradualmente. Cuanto más se agite y menos quede del ingrediente original, más fuerte y potente se hace el remedio.
¿El agua puede tener memoria? En 1988, Jacques Benveniste, un biólogo francés, afirmó que podía. La respetada revista Nature publicó su controvertida investigación. Benveniste tomó una sustancia que causaba una reacción alérgica. Que diluía repetidamente hasta que no quedaba nada más que agua pura. Aun así, esta agua todavía conseguía desencadenar una reacción alérgica cuando se añadía a células vivas.
John Maddox, editor de Nature, se dio cuenta de que la investigación de Benveniste sería controvertida, así que iba acompañada por un aviso: «Los lectores de este artículo podrían compartir la incredulidad de los árbitros. Por lo tanto, Nature ha solicitado que investigadores independientes observen la repetición del experimento.» El equipo de investigación fue liderado por el propio Maddox. Se unió el químico Walter Stewart… y James Randi, un mago, conocido por su experiencia en investigar afirmaciones extraordinarias.
Cuando el equipo de Benveniste repitió el experimento, los investigadores llegaron al extremo para asegurar que ninguno de los científicos sabía qué muestras eran soluciones homeopáticas, y cuáles eran controles. Llegando incluso a pegar las muestras al techo con cinta aislante. Los investigadores pronto descubrieron que los resultados del laboratorio de Benveniste no eran fiables. Encontraron una combinación de controles descuidados o inexistentes, posible contaminación de equipos, manipulación de datos y selección de datos (seleccionando los resultados positivos e ignorando los negativos). «Creemos que los datos experimentales han sido determinados sin criterio y no se ha informado adecuadamente de sus imperfecciones.»
A pesar del informe condenatorio de Nature, Benveniste continuó manteniendo que su investigación era válida. Más tarde fundó una compañía, llamada Digibio, que afirmaba que el agua no sólo tenía memoria, sino que esta memoria podía ser digitalizada, transmitida por email y reintroducida en el agua. Ha habido varios intentos de reproducir los experimentos de Benveniste. Pero ningún resultado positivo ha sido consistente ni convincente. Todas las pruebas apuntan a que los remedios homeopáticos son inertes y no más efectivos que un placebo… o simplemente dejan que la enfermedad siga su curso.
¿Hay algunos aspectos de la homeopatía que pueda afirmarse que funcionen? Sí. Un homeópata gastará al menos una hora, a veces más… haciendo preguntas detalladas sobre la salud actual del paciente, historia médica y estilo de vida. Se sabe que el estrés y la ansiedad pueden reforzar e incluso causar enfermedades. Así que cualquier cosa que disminuya el estrés y la ansiedad, tales como la atención que da un homeópata, pueden traducirse perfectamente en efectos psicológicos beneficiosos para el paciente.
Los pacientes de homeópatas sienten que se les trata como individuos. Una consulta homeopática da al paciente la posibilidad de hablar extensamente sobre sus problemas con un oyente receptivo, en un ambiente estructurado. Esto es una terapia en sí mismo. Así que, para responder tu pregunta, el aspecto de la homeopatía que realmente funciona… es de hecho una forma de psicoterapia.
Entonces, ¿qué daño puede causar la homeopatía si los remedios son inertes y las consultas tienen un efecto terapéutico positivo? No puede haber ningún peligro asociado a la práctica, ¿verdad? – El principal peligro de la homeopatía es que puede disuadir a la gente de conseguir tratamiento real. La homeopatía nunca va a curar una infección por hongos, asma o un cáncer. Evitar la “medicina basada en la evidencia” sólo puede llevar a la enfermedad…
y la muerte. En 2006, el periodista Simon Singh junto con Alice Tuff, una interna de la ONG “Sense about Science”, investigaron este problema. Tuff adoptó el papel de una joven estudiante, que decía estar a punto de hacer un viaje a través del África occidental, donde la malaria es más mortífera. Tuff contactó con diez clínicas homeopáticas de Londres y pidió consejo. Los diez homeópatas aconsejaron protección homeopática contra la malaria.
Ninguno de ellos recomendó tomar tanto los remedios homeopáticos como el tratamiento convencional. Algo muy peligroso para Tuff, si ella realmente hubiera pretendido ir a África. En 2005, la Agencia de Protección de la Salud, una organización independiente británica, lanzó una advertencia debida al número de personas que enfermaban después de usar remedios homeopáticos: «No hay pruebas científicas de que los remedios homeopáticos sean efectivos para prevenir o tratar la malaria.»
También hay peligros cuando los homeópatas reemplazan a los médicos como fuente de consejo médico. En 2002, Edzard Ernst y Katja Schmidt de la Universidad de Exeter llevaron a cabo una reveladora encuesta entre homeópatas británicos. Enviaron un email a 168 homeópatas, en los que fingían ser una madre pidiendo consejo sobre si debería vacunar a su hijo contra el sarampión, rubeola y parotiditis. De los 77 que respondieron, sólo dos le aconsejaron que debía vacunarlo.
Cualquier niño sin vacunar estaría en peligro. No es difícil encontrar historias de gente que abandona la medicina de verdad en favor de curas supercheras. He aquí una. A Penelope Dingle (de Perth, Australia) se le diagnosticó cáncer de colon en 2003. Sus médicos le dieron muchas posibilidades de sobrevivir con terapia estándar. Primero cirugía para quitar el cáncer, y después quimioterapia para barrer las células sueltas. Sin embargo, Penelope Dingle eligió rechazar todos los tratamientos basados en la ciencia.
En vez de eso, confió en homeopatía y los suplementos nutricionales. Sus diarios durante este tiempo muestran que veía el cáncer como un examen de su fe en la medicina alternativa. En octubre de 2003, Deborah Combes, una enfermera profesional y amiga de la familia fue a ayudar a petición de las hermanas de Pen. Encontró a Pen Dingle sudorosa, jadeante y demacrada. Tenía los ojos hundidos y estaba retorciéndose de dolor, gritando y muy asustada.
La llevaron aprisa al hospital, donde le quitaron el tumor. Sin embargo, el cáncer ya se había extendido. Dingle murió dos años más tarde. Tenía 45 años. Este es el marido de Penélope Dingle, Dr. Peter Dingle, un profesor asociado de salud y medio ambiente, es una especie de famoso mediático en Australia, un experto en dieta y nutrición, estilo de vida y salud ambiental. Tiene una licenciatura de educación en ciencias, una licenciatura con sobresaliente en ciencias ambientales, y un doctorado.
El Dr. Dingle ha sido retratado en los medios, tal vez injustamente, como un hombre que estaba dispuesto a arriesgar a su mujer para poner a prueba sus teorías nutricionales… y favorecer su carrera. Ha negado repetidamente haber tenido una influencia real sobre su mujer. A pesar de ello, las hermanas de Penelope Dingle han lanzado acusaciones… de que el Dr. Dingle estaba planeando escribir un libro en colaboración con la homeópata de Pen, Francine Scrayen que habría tratado sobre la curación del cáncer de Pen usando sólo medicina alternativa y nutrición.
Es interesante señalar que, a pesar de la muerte de su mujer, el Dr. Dingle no ha aprovechado su popularidad mediática… para resaltar los peligros de los remedios alternativos contra el cáncer. «Tengo dudas a la hora de rechazar los tratamientos alternativos por si pudieran ser efectivos para alguien más.« (Afirmación hecha en el atestado del forense.) Para que la homeopatía funcionase, tendría que violar los principios de… la biología, la química y la física.
La homeopatía no tiene nada que ver con la ciencia, y todo con la fe. Sus devotos no se preocupan por las pruebas. Que la ciencia no apoye a la homeopatía supone, para sus seguidores, mucho a su favor. Penelope Dingle creía en el poder de la homeopatía. Arriesgó su vida para demostrar que la medicina occidental era innecesaria. Y por ello murió.
Autor: Darryl Cunningham
Fuente: Per Ardua ad Astra