Creencias
La enorme "comodidad" de vivir manipulado

Cualquier persona que se le pregunte si permitiría que la manipularan, lo más normal es que responda que no, e incluso es posible que acabe enfadándose... Probablemente alce la voz, airado, y jurará y "requetejurará" que él o ella es una persona con ideas propias, y que lo último que admitiría serían ingerencias en la toma de decisiones respecto a su vida.

El caso es que, es frecuente observar a personas "manipuladas", alienadas, y si hablamos de las manipulaciones psicológicas, si uno está atento son fáciles de ver cuando la persona manipulada es "otra", cuando se trata de una persona ajena a nosotros, y en la mayoría de los casos es muy difícil de contrarrestar, a menos que las evidencias resulten abrumadoras, y la persona afectada esté dispuesta a dejarse ayudar... Lo cual no suele ser lo más corriente.

El secreto para una buena manipulación es hacer creer a la persona que en realidad se trata de una idea suya. Los políticos y la publicidad intentan utilizarnos continuamente para sus propios intereses. Los primeros difícilmente nos engañan -¿alguien es tan ingenuo para creer en ellos?- sin embargo no nos queda mas remedio que votarles ya que son parte del sistema social. Las democracias no son perfectas, pero si infinitamente mejores que las formas dictatoriales de gobierno. En cuanto a la publicidad, depende de la poca o mucha personalidad del individuo... pero es "su derecho": Si alguien desea gastarse el dinero en cosas innecesarias, es su problema.

De lo que nos vamos a ocupar es de los mayores instrumentos de manipulación conocidos: las religiones, o de las más nuevas, llamémoslas "religiones laicas"... Aunque las religiones son solo un instrumento. Los hombres se las inventan -de forma consciente o inconsciente- para tranquilizar sus conciencias, aplacar temores o satisfacer ansias de poder. Así pues, son solo ellos los responsables de manipular a otros seres humanos y deben responder en consecuencia. Porque no estamos hablando de llevar unos tacones demasiado altos, capaces de provocar dolor de espalda, pongamos por caso. Las religiones (y su versión laica: léase, "doctrinas políticas") han sido las mayores genocidas de la historia, de forma directa: Inquisición, o su versión en otras sectas; o indirecta: Cruzadas y otras guerras instigadas por lideres religiosos sin escrúpulos. Nuestra más cercana Iglesia Católica sabe mucho sobre manipular. Sobre matar ya no tanto, pero su comportamiento a lo largo de la historia esta manchado de sangre cada vez que ha ostentado el poder... en un considerable número de casos.

Su forma de actuar no se diferencia de otras religiones a lo largo de la historia. De entrada no pueden ?no son capaces- demostrar nada de lo que suelen afirmar, mediante pruebas fehacientes. Sus dioses están en todas partes... pero no se ven. Sus dioses todo lo pueden... pero parecen ser incapaces de hacer nada. ¿Y para que tanto poder, si luego necesitan de sacerdotes que hagan de intermediarios?. Han predicado una forma de actuar para luego saltárselo a la torera. La historia ya ha demostrado demasiadas veces su bárbara forma de actuar, su inhumana crueldad y una avaricia siempre latente.

Con semejante currículo, ¿Cómo es que la gente se deja manipular tan fácilmente?.

Podríamos hacer ácidos comentarios sobre la inteligencia de "los creyentes", sea cual sea la doctrina o ideología de la que se trate, pero eso sería una visión simplista y poco justa...

Si a mí me hubieran criado en una familia de creyentes, repitiéndome desde mi nacimiento una supuesta verdad... pues posiblemente también creería en fantasías carentes de pruebas.

Otra "muy penosa" explicación es que la manipulación resulta muy placentera para las victimas. Es la forma más fantástica de vivir sin problemas. Con la existencia vital programada, la muerte predefinida y una perezosa manera de no intentar ninguna solución autentica. "Tu reza y no te preocupes de más"... y de paso no luches por los derechos humanos, ni combatas a las injusticias. Las diversas formas de religión son las mayores paralizadoras de la mente humana, pues su meta ha sido siempre preservar un determinado orden social. Este tiene la peculiar característica de favorecer, demasiadas veces, a individuos muy bien apoltronados, tales como caciques, demagogos, charlatanes, gurús de todo pelaje, y por supuesto, reyes y dictadores. A cambio borra el miedo terrible a la muerte, anestesia la conciencia y evita el esfuerzo de pensar.

Esa es la comodidad de vivir manipulado. El feligrés ocupa su conciencia y todo lo atribuye a los designios más o menos divinos, mágicos, sobrenaturales... Un montón de tonterías triviales. Sentimientos infantiles que nos sirven de pretexto, de excusa para apartarnos de la resolución de los verdaderos problemas... y siempre cabrá la posibilidad de que nos inventemos algún "error humano" en el caso de que los "lideres" religiosos ?o laicos- cometan barbaridades. ¡Que postura tan cómoda la del creyente!.

Todo ello nos lleva a la conclusión de que los manipulados... ¡también son culpables!. Si se revisa la historia, habrían de aceptar su grado de responsabilidad por apoyar ciegamente a "su" religión. No vale responder que son "errores humanos" o que hay que "ponerse en el contexto de la época". Si hacemos caso a lo que los diversos dirigentes afirman, de forma tan rotunda, las iglesias son divinas y, o no pueden cometer fallos -si cometen errores... pues también pueden equivocarse en la afirmación sobre la existencia de sus dogmas, de sus dioses-; al menos, me parece increíble que yerren en lo fundamental.

Quien apoye a una determinada doctrina, o ideología, o religión también debe responder de los crímenes cometidos por ella, aunque físicamente no haya participado en ellos.

¡Ya esta bien de ganarse el cielo con rezos y no querer escuchar los gritos de las victimas de su Inquisición! No querer oír las quejas de los que sufrieron abusos o maltrato de toda clase (incluyendo los de sacerdotes/pederastas) de la represión apoyada "por la gracia de Dios" o "por la noble causa del proletariado" (Franco, Videla, Mussolini, Pinochet, Estalin, Mao, los Reyes Católicos... y un larguísimo etc).

Vivir engañado es muy cómodo... y timorato también. El miedo a la muerte, el temor a lo desconocido, es lo que fomenta la aparición de las religiones. Todas nos prometen alguna forma de vida después de la muerte del cuerpo (algunas doctrinas, también nos prometen el "paraíso ahora"). Lo hacen de una forma tan infantil y con tal carencia de argumentos que resulta grotesco.

Pero lo que sí consiguen, de manera muy hábil, eficazmente es matar la mente humana, la posibilidad de que la razón nos lleve a un mundo mejor. Durante toda su historia solo se han dedicado a mantener los mismos errores humanos de siempre, la misma estúpida y rancia forma de actuar. Mientras tanto la casa sin barrer y sus líderes/sacerdotes viviendo como privilegiados.

La pregunta final es: ¿Intentamos arreglar el mundo ? al menos nuestro entorno más próximo- o vivimos cómodamente manipulados?.

Fuente: Extremadura Progresista

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