Religiones. Universidades
¿Magisterios separados?   (Javier Armentia)

Puede que algún ingenuo pueda seguir aún pensando que se puede ser socio de la ICAR (o sea, cristiano católico apostólico y romano) y a la vez defender la ciencia, o la racionalidad de una visión crítica ante el mundo. Ya hemos puesto por esta bitácora, a lo largo de los años, numerosos ejemplos de que no es así. (Tampoco se puede decir que uno defiende los derechos humanos y ser un ICAR-boy, claro...)

En fin, que Benedictzinger-Z puede seguir escribiendo encíclicas sobre el amor, pero lo que todos sabemos es que por Roma (y delegaciones de la central de la multinacional) son más bien partidarios del "a dios rogando y con el mazo dando". Y si no que se lo digan al director (exdirector ya) de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas, y jesuíta, dr. Juan Masiá Clavel. Leo en EL PAÍS:

Roma castiga al bioético Juan Masiá por defender los anticonceptivos
Los jesuitas le expulsan de la Universidad Pontificia de Comillas y secuestran su último libro
JUAN G. BEDOYA - Madrid

Calificar como "mitad cómico, mitad anacrónico" el debate eclesiástico sobre el uso del preservativo le ha costado al jesuita Juan Masiá Clavel (Murcia, 1941) la carrera universitaria y el secuestro de su último libro, Tertulias de Bioética. Manejar la vida, cuidar a las personas, editado por Sal Terrae. Hasta el pasado día 20, Masiá era director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid. Ese día, sin expediente previo, recibió una carta del rector de Comillas, José Ramón Busto, comunicándole su "cese antes de que acabe este fin de enero".

Masiá cumple 65 años en marzo y sus superiores podían decidir entonces, como con todos sus docentes a esa edad, si seguía prestando servicios en la citada universidad. Pero las presiones de Roma contra este prestigioso bioético jesuita no dejaban margen alguno. Masiá debía ser castigado cuanto antes. La orden y "las presiones" procedían de muy arriba, según fuentes del departamento de Bioética de la Universidad Pontificia citadas ayer por la agencia Efe. Señalan sin genero de duda al presidente de la Comisión Pontifica para la Familia, el cardenal Alfonso López Trujillo, y al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco. Como razón para la medida se aduce únicamente sus "tomas de postura, orales y publicadas, en algunos temas de bioética", sin explicitar cuáles.

Profesores y alumnos de Comillas sostienen que Juan Masiá estaba en el punto de mira de los responsables de velar por la doctrina desde que en otoño de 2004 publicó en la revista Eclesalia el artículo Exageraciones en mi país. Hasta entonces, Masiá era director del Departamento de Bioética en el Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad japonesa de Sophia, y profesor de Bioética y Antropología en la Facultad de Teología de la misma universidad. Su traslado a Madrid tuvo una misión relevante: sustituir a Javier Gafo, fallecido poco antes y un teólogo pionero de la bioética. Pese a su enorme prestigio internacional y haber sido asesor de la Comisión para la Doctrina de la Fe en la Conferencia Episcopal Española, Gafo también pasó por situaciones difíciles ante Roma.

(SIGUE)


Por supuesto, cualquiera podría decir que, al fin y al cabo, la de Comillas es una universidad privada, y que sus criterios de contratación de personal y asignación de cargos son los suyos, los de los dueños... Pero, ojito, estamos hablando de una universidad, y las cosas no son tan sencillas. Al menos, eso dice la ley. Los jesuitas deberían mirarse la LOU, atender a los dictámenes del Tribunal Constitucional y ver que las universidades, en su autonomía, han de respetar entre otras cosas la libertad de cátedra, así como el carácter democrático de sus órganos de gobierno. Los estatutos de la universidad de Comillas recogen entre los derechos de los profesores (Art. 73): "la libertad de investigación y de exposición científica, dentro de un sano pluralismo, de acuerdo con el carácter propio de la Universidad, definido en el Título Preliminar de estos Estatutos." Claro, que puesta la ley, puesta la trampa. Porque basta que el dueño de la universidad interprete que el profesor ha vulnerado los fines de la misma, para quedar -con bastante impunidad- en posición de poder retirarlo del servicio. ¿Y eso por qué? Pues porque a pesar de la ley, y a pesar de las sentencias que ha habido en más de un caso del TC, estos señores de la ICAR -en sus variadas formas- siguen creyendo que pueden pasarse la ley por el arco (sacrosantísimo) del triunfo. A tomar por culo la libertad de cátedra, desde luego. O tal parece en el caso de Masiá.

Si no fuera... ¡ay! a que una vez más lo que podríamos pensar normal en un país democrático, con sus leyes y demás, está siendo vulnerado desde la propia estructura del mismo. La misma LOU reconoce en una disposición adicional, la cuarta ("De las Universidades de la Iglesia Católica"), que "La aplicación de esta Ley a las Universidades y otros centros de la Iglesia Católica se ajustará a lo dispuesto en los acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede."

Pues eso, que pueden hacer y deshacer como quieran, poco más o menos, porque hay un Concordato que se lo permite...

En cualquier caso, y dejando aparte lo lícito o no de la medida contra este catedrático, lo que queda claro es que, en el fondo, lo que no van a tolerar es que uno de sus chicos les salga díscolo sin que le meneen el puesto. Ya sea experto en bioética o bibliotecario. Eres de la ICAR, trabajas además para ella (aunque cobres parte de tu sueldo del Estado aconfesional) y, ya ves, ya tienes tus libertades -incluso las específicas de un puesto docente- bien recortaditas.

Todo un detalle por parte de la ICAR. Pobre Maciá... sus comentarios sobre la estéril polémica de los condones eclesiásticos le ha valido reprobación completa.

Mientras tanto, disfrutemos del santo día del domingo con un pío musical, obra del realizador Javier Prato. "Jesus Christ, the musical" es una jocosa interpretación del I will survive de la Gaynor... Recomendable (me acuerdo de aquel vídeo de hace un montón de años en el que un marcianito hacía sus pinitos Gaynor con terribles resultados, también. Fue uno de los primeros hits de Internet). Muy recomendable. Desde este rinconcito del mundo, se lo dedicamos al profesor Masiá.

El vídeo está en VideoGoogle, y voy a probar a ver si puedo colocarlo aquí copiando el código que proporciona Google:



En cualquier caso, aquí el enlace

Fuente: Javier Armentia. Por la Boca Muere el Pez
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